viernes, marzo 29, 2024
Tecnologia

El gran apagón de 2011 que sepultó a BlackBerry Messenger

El apagón de octubre de 2021 es uno de los más grandes que ha sufrido Facebook en su historia: seis horas sin sus principales servicios, que incluyeron sus ubicuas apps de mensajería WhatsApp y Messenger. ¿Te imaginas cómo sería estar tres días sin estas herramientas?

Esto fue lo que ocurrió hace una década. BlackBerry Messenger, el servicio de mensajería del teléfono que entonces dominaba el mercado de los celulares, dejó incomunicados a millones de usuarios del mundo entre el 10 y el 13 de octubre de 2011.

Research In Motion (RIM), un fabricante de teléfonos canadiense, tuvo su época dorada a finales de la primera década del siglo XXI. Impulsado por el fenómeno de Barack Obama –el primer presidente del mundo en usarlo–, los ejecutivos de todo el mundo querían uno de estos teléfonos con teclado QWERTY incorporado.

BlackBerry Messenger, una de las primeras apps de mensajería instantánea del mundo, era uno de sus sellos. Lanzada en 2005, la aplicación no solo permitía enviar mensajes gratuitos a otros teléfonos de la compañía, sino también intercambiar fotografías, documentos o notas de voz. Un símbolo de la gestión.

De las protestas de Londres al apagón

BlackBerry Messenger
Mel Almanza / Digital Trends

En agosto de 2011, una serie de disturbios y protestas protagonizadas por jóvenes azotaron Londres, que incluyeron múltiples saqueos a tiendas. BlackBerry Messenger fue acusada de facilitar la coordinación y, pese a los múltiples petitorios de las autoridades británicas, la compañía se resistió a suspender el servicio.

La plataforma ofrecía una forma rápida, fácil, barata, y sobre todo, segura de comunicarse: todos los mensajes estaban encriptados. A diferencia de los SMS tradicionales —o incluso de Twitter o Facebook—, los usuarios no podían ser rastreados. En aquel entonces, la app tenía unos 70 millones de usuarios activos a nivel mundial, según la compañía.

Sin embargo, dos meses más tarde de los incidentes en Londres ocurrió lo que para muchos fue el principio del fin de la compañía: BlackBerry Messenger, el correo electrónico y el acceso a internet estuvieron inactivos durante tres días.

El apagón comenzó en Europa, Medio Oriente y África, pero luego se extendió a América del Sur y finalmente se propagó por Estados Unidos y Canadá. Ante la frustración de los usuarios, millones de mensajes y correos permanecieron en las bandejas de salida sin ser enviados.

RIM atribuyó los problemas a una “falla del conmutador central” en uno de sus centros de datos y admitió que el sistema de respaldo “no funcionó como pretendíamos”.

Solo tres días después de intermitencias, la compañía dio por superado el apagón. Los principales ejecutivos de RIM reconocían que habían defraudado la confianza de los clientes y regalaron $100 dólares en aplicaciones prémium, como “expresión de agradecimiento por su paciencia”.

En el peor momento

Un teléfono BlackBerry de 2010.
Getty Imges

Los apagones no eran extraños en BlackBerry, pero el de 2011 marcó un antes y un después. Y es que el incidente llegó en el peor momento. A pesar de la importante base de usuarios a nivel global, las ventas de la compañía se habían estancado ese año.

Además, la compañía comenzaba a ser amenazada por los dispositivos basados en Android de Google y en especial por Apple: la firma de Cupertino había lanzado semanas antes la cuarta generación del iPhone y se aprontaba a estrenar el sistema operativo iOS 5, que llegaba con iMessage, un rival clave para BlackBerry Messenger.

“Por primera vez digo que sí… esta nueva interrupción afecta a RIM más que en el pasado. Este no será el último clavo en el ataúd de RIM, pero donde en el pasado RIM siempre regresaba, esto dará a los clientes una razón más para mirar otros dispositivos”, escribió entonces Jeff Kagan, un analista independiente de telecomunicaciones y tecnología.

Si bien BlackBerry Messenger alcanzó 889 millones de usuarios en 2016, el apagón de 2011 se transformó en un golpe difícil de asimilar para la firma, que continuó cediendo terreno ante los nuevos actores. Con el desplome de la compañía fabricante de equipos, la app para Android e iOS dejó de tener sentido: terminó sus operaciones en 2019, aunque una versión empresarial todavía sigue operativa.

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