Enseñanzas de una interacción provechosa (+Foto)
Con la intención de conocer sobre el accionar de una de las más connotadas entidades del país en este ámbito, Negocios en Cuba se acercó al director del Instituto de Investigaciones de Viandas Tropicales (Inivit), Dr.C. Sergio Juan Rodríguez, quien respondió a nuestras interrogantes.
¿Cuándo se fundó la institución, en qué principios se basó en sus inicios?
El Instituto de Investigaciones de Viandas Tropicales fue creado en noviembre de 1967 por iniciativa de Arnaldo Milián, quien fungía como primer secretario del Partido Comunista de Cuba en la antigua provincia de Las Villas.
En esa etapa se orientó a los cultivos varios, incluyendo algunas hortalizas; con posterioridad, a sugerencia del propio Milián, comenzamos a fomentar áreas para la producción de semillas de boniato.
Luego recomendó que nos enfocáramos en el resto de las viandas y el plátano, así surge el Cemsa (Centro de Mejoramiento de Semillas Agámicas) y, tras las visitas efectuadas por el líder histórico Fidel Castro, en 1976 y 1991, incorporamos las investigaciones sobre el plátano vianda y determinadas hortalizas, respectivamente.
Y transitamos por distintos nombres hasta llegar al actual.
¿Qué estudios realizan en estos momentos?
Nos encontramos inmersos en el impulso a cultivares y tecnologías que permitan mitigar el impacto del cambio climático, mediante búsquedas de clones y variedades resilientes, contribuyendo a la Tarea Vida y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible hasta el 2030.
Los investigadores procuran resultados que aporten al programa de Soberanía Alimentaria y Calidad Nutricional.
Estamos enfrascados también en estudios relacionados con el sustento animal, teniendo como cultivos fundamentales para este propósito la yuca (ManihotesculentaCrantz) y el boniato (Ipomoea batata), entre otras raíces y tubérculos.
Trabajamos, además, en la obtención de bioproductos y alternativas para coadyuvar al sistema alimentario y de innovación local.
¿Qué importancia conceden a los nexos con los centros productivos?
Ese vínculo siempre ha formado parte de la estrategia institucional, y así respondemos al llamado de Fidel cuando expresó que ‘ningún resultado científico puede considerarse terminado hasta que no tenga un impacto social’; por ello es vital esa relación, que materializamos con diferentes alternativas.
Entre ellas destaca la visita de productores al centro y el encuentro con los investigadores, ya sea a través del Grupo Nacional de Viandas, o mediante intercambios en sus propias fincas y diversos escenarios. Hemos hecho 69 recorridos por toda la isla.
Podemos mencionar, asimismo, la entrega de semillas y variedades de las distintas especies en la que trabaja el Inivit para contribuir al incremento de los rendimientos, y la realización de cursos, talleres y otros eventos.
Aplicamos los principios de investigación, desarrollo e innovación, y el aval básico lo constituye la adopción del resultado por parte de los productores, tal como ha sido con los clones del plátano burro Cemsa, de la yuca InivitY 93-4, del boniato InivitB-2005, de la malanga Colocasia InivitMC 2012 y la Xanthosoma México 1, del plátano Inivit Pv-0630, de la variedad de pepino InivitP-2007 y de la calabaza Inivit2010.
¿Cuán provechosa es la aplicación de métodos biológicos para controlar las plagas?
El uso de los bioproductos no es un cliché, hay que verlo como una necesidad y una solución a nuestros problemas; pero debemos estar conscientes de que para aprovecharlos mejor se requieren los conocimientos técnicos particulares de cada uno de ellos, en todo lo relacionado con la fabricación, la conservación, el manejo y el empleo.
No podemos hablar de generalidades, tenemos que aproximarnos lo más posible a las especialidades, y es indispensable capacitar a los productores respecto a su forma de actuar, y que sepan, por ejemplo, que los efectos del Bacillusthuringiensis, utilizado en el control de la denominada primavera de la yuca, no se aprecian de inmediato como cuando se aplica el insecticida químico.
De manera que la capacitación es vital, pero es innegable que esa es otra fortaleza del país para mantener los volúmenes de producción y evitar la carga contaminante.
¿Cuánto puede aportar aún la vinculación entre los centros científicos y la producción?
Resulta inestimable lo que puede tributar todavía la vinculación de los centros científicos con la producción, por eso debemos estar todos los días en la búsqueda de alternativas para incrementar nuestra incidencia en los diferentes escenarios, considerando en estos las mini industrias y las microindustrias.
En el caso de la yuca, cuando posee más de 35% de materia seca su textura después de cocinada es demasiado sólida y no es muy adecuada para el consumo humano; sin embargo, el porcentaje de harina que se obtiene de cada tonelada procesada es ideal en la alimentación animal y en la industria.
En este sentido el país tiene tres fortalezas, que son: voluntad política, conocimientos técnicos y potencial científico.
Por tanto, lo que tenemos que hacer es integrarnos todos bajo la voluntad política de mitigar esa carga tan pesada que hoy tiene la economía, y es que estamos importando alrededor de 2 000 millones de dólares en alimentos para los diversos destinos.
El capital humano creado por la Revolución es el recurso más valioso del cual disponemos, pues en su formación ha prevalecido el principio que sitúa al hombre en el centro de la atención, tal como refleja el pensamiento de José Martí de que ‘Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz’.
Yo mismo debo reconocer a ese capital conformado por nuestro colectivo, y ratificar el compromiso con la tarea que nos ha asignado la máxima dirección del país.
(Tomado de Negocios en Cuba)
Prensa Latina