Impulsar el aparato productivo protegiendo el empleo es hoy más urgente que nunca: OIT
Si bien el Gobierno Nacional tomó medidas tempranas para prevenir mayores impactos, hoy ya se conocen mejor los efectos devastadores de la pandemia sobre el mercado laboral del país, con una tasa de desempleo histórica que llegó, al cierre del año 2020, a un 15,9 % (5,4 puntos porcentuales más que en 2019) y una reducción en el PIB del 6,8 %.
Confecámaras, detectó que durante el mayor pico de la pandemia en abril, cerca de una de cada cuatro empresas (en su mayoría PYMES) optó por cierres parciales o totales para enfrentar la contingencia sanitaria y que aproximadamente el 85% podía subsistir solo entre uno y dos meses con recursos propios de mantenerse las restricciones. Por su parte, de acuerdo a estimaciones de ACOPI, las mipymes tuvieron una reducción de más del 50 % de sus ingresos en ese mismo periodo y el 34 % de ellas tuvo que reducir su planta de trabajadores.
2021 es el año de la reactivación económica del país y frente a esto ya el Gobierno Nacional ha adoptado un paquete de medidas denominadas «Nuevo Compromiso por el Futuro de Colombia» recogidas en el CONPES 4023 que establece importantes líneas de acción, entre otras, para reactivar el sector productivo hacia un crecimiento mayor y más sostenible.
Entre las medidas establecidas, se encuentran políticas para estimular la economía, las empresas y el empleo, así como apuestas para la innovación y aceleración de la transformación digital, la protección a los trabajadores en el lugar de trabajo y brindar facilidades para el acceso de las empresas como proveedores de los programas de compras públicas. Una política clave con la que el país espera lograr un crecimiento del 5 % en el PIB este año.
El reto que aún persiste, proteger los empleos en las empresas de los sectores más afectados por la crisis, como servicios y comercio, es una de las recomendaciones que la OIT hace a través de sus más recientes publicaciones: “Impactos de la COVID-19 en las empresas privadas formales de Colombia” e “Impacto de la COVID-19 en las Mipymes colombianas”, desarrolladas junto a la ANDI y ACOPI, y que proponen entre otras, la promoción de medidas que permitan a las empresas no sólo contar con liquidez, sino también superar los efectos de la recesión económica.
La clave
Un diálogo social efectivo entre empleadores, organizaciones de trabajadores y Gobierno Nacional, mecanismo que la OIT ha destacado como esencial para la reactivación económica de los 2 países, pues facilita el logro de soluciones equilibradas, que cuentan con el apoyo de todos los actores involucrados y que podría permitir focalizar el apoyo gubernamental para esta etapa, entre otras, con subsidios al pago de la nómina, a través de la extensión del Programa de Apoyo al Empleo Formal (PAEF), el cual consiste en un subsidio de hasta el 40% de un salario mínimo por cada empleado, así como las acciones dirigidas al personal que se encuentra en las actividades económicas más afectadas por el impacto de la crisis.
También se destacan los subsidios a la contratación, considerados como una forma de subsidio a la nómina, que se utiliza para nuevos puestos de trabajo, y que ha probado su efectividad mejorando la empleabilidad de los trabajadores y su sostenimiento en el mercado laboral, pudiendo ser especialmente útiles si son dirigidos a grupos vulnerables con altas tasas de desempleo como los jóvenes y las mujeres.
La OIT ha insistido en la importancia de fortalecer las instituciones y prácticas del diálogo social
tripartito (entre empleadores, trabajadores y Gobierno Nacional) para la definición de las medidas de reactivación socioeconómica, de manera que se proteja el tejido empresarial y se mantengan y creen más empleos que construyan equidad, inclusión y desarrollo sostenible.
Extra colmbia