viernes, mayo 3, 2024
Tecnologia

Elon Musk y las disputas con su hija transgénero: la trata de comunista que detesta a los ricos

Elon Musk tiene todo lo que un hombre exitoso necesita, es dueño de grandes corporaciones que han cambiado el rumbo de la tecnología, y acapara la atención de los medios con su trabajo, pero también su vida privada. Sin embargo, el magnate tiene un gran talón de Aquiles: Vivian Jenna Wilson, su hija transgénero de 19 años.

La hija biológica de Musk no quiere tener nada que ver con su padre, por eso Vivian usa el apellido ‘Wilson’ de su madre Justine Wilson, que estuvo casada con Elon desde el 2000 al 2008.

Vivian Jenna Wilson ha expresado en documentos judiciales que «ya no desea estar relacionada» con el multimillonario CEO de Tesla «de ninguna manera».

Lo cierto es que este jueves 31 de agosto se publicó un extracto del nuevo libro del biógrafo de Elon Musk, Walter Isaacson, que en uno de sus capítulos destapó la mala relación de ambos y cómo Elon la ha tildado de comunista.

Elon Musk pensativo
Getty Images / DTEs

Qué dice el libro de Isaacson sobre Elon Musk y su hija transgénero

El multimillonario era «generalmente optimista» cuando se enteró de la transición de su hijo, pero las cosas cambiaron cuando Vivian, que también se hace llamar Jenna, comenzó a expresar puntos de vista marxistas extremos y declaró su intención de cortar todos los lazos, según Isaacson.

Imagen utilizada con permiso del titular de los derechos de autor

«Ella fue más allá del socialismo para ser una comunista completa y pensar que cualquiera rico es malo», dijo Musk al autor, culpando en parte a Crossroads, la escuela privada K-12 en Santa Mónica donde la matrícula anual cuesta hasta $ 50,000.

Elon Musk le hecha la culpa al fenómeno de la filosofía woke (wake up-despertar): «Es un conjunto de ideas que se caracterizan por promover la consciencia, además de reclamar nuestra atención para los hechos sociales asociados con la discriminación».

El biógrafo revela que la dolorosa ruptura de Musk por Vivan es en parte responsable de la obsesión continua del multimillonario con la ideología «woke», que ve como una amenaza para la civilización humana y motivó su compra de Twitter por $ 42 mil millones el año pasado.

«A menos que se detenga el virus de la mente despierta (woke), que es fundamentalmente anticiencia, antimérito y antihumano en general, la civilización nunca se volverá multiplanetaria», dijo Musk al autor.

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