Cómo el tercer ‘stablecoin’ más grande se desvinculó del dólar y cayó más del 99 %, arrastrando consigo el resto del mercado de criptodivisas
Publicado: 22 may 2022 15:03 GMT
A inicios de mayo, fluctuaciones posiblemente provocadas por un ataque de grandes actores motivó el desvío de las reservas del ecosistema Terra y, en consecuencia, la depreciación de sus dos monedas digitales, UST y luna.
El 9 de mayo se registró la caída de uno de los ‘stablecoins’ más capitalizados, TerraUSD (UST). En cuestión de horas, la criptomoneda supuestamente vinculada al dólar estadounidense cotizaba a 75 centavos. El 13 de mayo perdió aún más valor, alcanzando los 8 centavos. Ahora se vende por 6 centavos, casi 17 veces menos del nivel planeado.
Paralelamente, luna —otra criptomoneda de la misma cadena de bloques— registró una caída aún más drástica. De valer 60 dólares, descendido a los 0,02 centavos, perdiendo casi todo su valor.
El derrumbe de TerraUSD provocó una fuerte crisis en todo el mercado de las criptomonedas, que ha perdido más de 400.000 millones de dólares en total.
¿Cómo surgió Terra?
El concepto de una cadena de bloques independiente fue plasmado a inicios del 2018 por el programador surcoreano Kwon Do-hyung, mejor conocido como Do Kwon, y el empresario Daniel Shin, jefe de la aplicación de pagos electrónicos Chai, una de las principales en Corea del Sur y Asia en general.
La idea consistía en facilitar el uso de una criptomoneda estable frente a las divisas fiduciarias y recibió el apoyo de Terra Alliance, una unión de 15 grandes compañías asiáticas de comercio electrónico, con un total de 45 millones de usuarios. El ecosistema descentralizado atraía a los comerciantes y compradores por su transparencia y tarifas más baratas que en los métodos de pago tradicionales, recoge el portal Messari.
¿Qué incluye el proyecto?
Desde el inicio, el proyecto preveía la creación de dos criptomonedas, una debía asegurar la estabilidad de la otra.
A diferencia de otros ‘stablecoins’, UST no cuenta con una reserva de dólares reales que garantice su valor y que sirva para pagar a los inversores en caso de pánico. En vez de ello, se basa en un complejo algoritmo de «quema y menta», que sugiere mantener la paridad de TerraUST y el dólar mediante manipulaciones con la cantidad en circulación de su ‘token’, llamado luna.
En julio del 2020, el ecosistema introdujo Anchor, un nuevo protocolo que permitía a los tenedores de los UST depositarlos con un rendimiento de alrededor del 20 %. Entonces, los responsables del proyecto pronosticaban que Anchor se convertiría «en el estándar de oro para los ingresos pasivos en cadenas de bloques».
Finalmente, en enero de este año Kwon anunció la creación de Luna Foundation Guard (LFG), organización sin fines de lucro destinada a crear reservas que respaldaran la paridad entre el dólar y el UST «en medio de condiciones de mercado volátiles». Asimismo, debía de asignar recursos que respaldaran «el crecimiento y desarrollo del ecosistema Terra».
Pronto, LFG empezó a acumular bitcoines y otros activos, comprándolos por UST. El 11 de abril, tenía en su cartera casi 40.000 bitcoines, lo que equivalía a aproximadamente 1.600 millones de dólares. Tres días después, recibió 10.000 lunas, valorados en 820 millones de dólares. El 3 de mayo, las reservas de LFG se estimaban en más de 4.000 millones de dólares.
Paralelamente, se mejoraban las posiciones de los dos ‘tokens’ del ecosistema. Así, el 5 de abril, luna alcanzó un máximo histórico de 119 dólares, y el 19 de abril UST se convirtió en el tercer ‘stablecoin’ más grande del mundo, recoge Coindesk.
«Una pequeña crisis financiera de 2008»
La caída del 9 de mayo fue precedida por fluctuaciones de UST mayores de las usuales. La volatilidad estaba acompañada por presuntos ataques de grandes actores contra el mecanismo. Así, en al menos un caso un inversor gastó 10 millones de dólares en una posición corta contra la moneda.
A medida que sucedían esas desviaciones, los tenedores drenaron el protocolo Anchor, sacando de él más de 5.000 millones de dólares en UST, lo que equivalía a un tercio de la capitalización total del mercado.
«Esto tenía que suceder en algún momento de todos modos. Los participantes de este protocolo habían estado recibiendo un rendimiento insostenible […], anormalmente alto incluso para las criptomonedas», indica Forbes, que califica la retirada como «un voto de desconfianza activo».
El derrumbe de UST y luna fue seguido por la caída de casi todo el mercado de criptomonedas. Estos hechos recuerdan a la crisis financiera de 2008, dijo a Euronews este martes el analista David Gerard.
«Creo que el aspecto convincente de esta historia es que ellos mismos provocaron una pequeña crisis financiera de 2008«, señaló el experto, y comparó la situación de LFG con la de los fondos que acumulaban hipotecas y préstamos en los 2000.
«[LFG] se basó en tonterías y tenía el bitcóin efectivo en la parte inferior, [y cuando] se derrumbó el precio del bitcóin, eso derrumbó todas las demás criptomonedas, porque todas están correlacionadas», señaló el experto.
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