«Se puso encima de mí»: británica que organizó un acto en Abu Dhabi acusa a un ministro de EAU de agresión sexual
«Levantó su kandura y estaba desnudo», confiesa la mujer, que trabajó seis meses en la capital emiratí, donde organizó un festival literario.
Una británica de 32 años, Caitlin McNamara, organizadora del festival literario Hay en Abu Dhabi, la capital de Emiratos Árabes Unidos, asegura que fue objeto de una agresión sexual por parte del jeque Nahyan bin Mubarak Al Nahyan, ministro de Tolerancia en el país, durante su trabajo en el evento. El jeque niega las acusaciones y declaró a través de sus abogados que está «sorprendido y angustiado».
McNamara se puso en contacto con la Policía ocho meses después del presunto incidente, que tuvo lugar el Día de San Valentín de este año. Interrogada por Scotland Yard, la mujer renunció a su derecho al anonimato y concedió una amplia entrevista al diario Sunday Times.
La mujer asegura que trabajó en el Ministerio de Al Nahyan durante seis meses antes de ser contratada por el festival Hay, por lo que no le sorprendió que en febrero el jeque la llamara para cenar.
Nahyan bin Mubarak Al Nahyan, de 69 años, es miembro de la familia gobernante de Abu Dhabi, la cuarta familia real más rica en el mundo. Cuando fue ministro emiratí de Cultura y Juventud recibió a Boris Johnson y a Tony Blair.
«Después de seis meses allí, estaba acostumbrada a que me convocasen a reuniones a cualquier hora del día, y nadie le decía que ‘no’ a Nahyan, era como un dios«, confesó al diario.
Sin embargo, la británica asegura que en esa ocasión se sintió algo incómoda, como si la hubieran «llamado a la oficina del director por interrumpir la clase», por lo que encendió el rastreador del WhatsApp camino al encuentro.
Mucho más la inquietó aún que el coche que la había recogido no se dirigiera al Palacio Real, sino al exclusivo complejo turístico de Al Gurm, donde la realeza emiratí posee propiedades.
Nahyan la recibió de forma muy amigable, según el relato de McNamara. La mujer explica que el jeque la abrazó y le mostró un reloj de 3.500 libras esterlinas (4.520 dólares) con oro y diamantes. La mujer intentó hablar del festival y literatura, pero el jeque empezó a tocar sus manos y sus piernas. Cuando McNamara pidió excusas y quiso despedirse, la llevó a recorrer su casa.
«Nos metimos en un ascensor dorado, donde me empujó contra la pared y comenzó a frotarme los pechos de una manera extraña, como un limpiaparabrisas», cuenta. «Levantó su kandura, estaba desnudo debajo, y se puso encima de mí. Bajé mi vestido, pero él puso sus manos sobre mi vestido y sus dedos dentro de mí», explicó.
Finalmente, McNamara pudo escapar de la casa, pero los días posteriores el jeque intentó llamarla varias veces y le envió mensajes de texto, que la mujer asegura tener guardados.
El 5 de marzo, días después de la inauguración del festival, la británica voló de regreso a Londres, porque la pandemia había empezado a propagarse. McNamara se puso en contacto con la Policía solo cuando terminó el confinamiento. Los oficiales se tomaron muy en serio su preocupación por su seguridad e instaló sistemas de alarma con botón de pánico en su apartamento.
«EAU deberían despedirlo de inmediato, pero sospecho que eso no sucederá. Su familia es dueña del país», admitió Helena Kennedy, abogada y defensora de los derechos de las mujeres a The Times.
El diario Sunday Times solicitó un comentario por parte del jeque, pero solo obtuvo una declaración de sus abogados de demandas por difamación de Londres. «Nuestro cliente está sorprendido y entristecido por este alegato, que llega ocho meses después del presunto incidente y a través de un diario nacional», reza el comunicado.
RT espanol