¿Viaje al centro político? La derecha redobla apuesta ‘atrapalotodo’ para las elecciones en España

Publicado: 21 jul 2023 11:23 GMT

El candidato del Partido Popular, favorito en los sondeos, apela a votos en todos los frentes con el argumento de evitar gobernar con el ultraderechista Vox, aunque ya lo hace en ayuntamientos y regiones.

El derechista Alberto Núñez Feijóo, del Partido Popular (PP) de España, está en una encrucijada agridulce a días de las elecciones generales: por un lado, casi todos los sondeos dicen que será el candidato más votado el domingo, pero por otro, auguran que no tendrá el respaldo suficiente para lograr la mayoría absoluta.

Ese punto es considerado como una mala noticia para gran parte de la opinión pública y una sección del electorado del PP, ya que si Feijóo carece de la mayoría absoluta de 176 escaños en el Congreso de los Diputados, tendría que pactar con el ultraderechista Vox para ser investido presidente.

Es por ello que, en la recta final de campaña, el candidato del PP está reforzando su estrategia de situarse en una calculada indefinición de partido ‘atrapalotodo’.

Un viaje, para muchos impostado, al centro político, con evidentes contradicciones y difícil de justificar. «Somos un partido claramente de centro reformista en nuestro país, un centroderecha reformista», dijo en una entrevista publicada el jueves por el diario conservador ABC.

Con y lejos de Vox

Por un lado, su partido está normalizando los acuerdos de gobierno que ha alcanzado con Vox, una formación abiertamente racista, machista y antieuropeista, en numerosos ayuntamientos y autonomías, tras las elecciones del pasado mes de mayo. Esas coaliciones ya han adoptado polémicas medidas.

Pero por el otro, Feijóo insiste en que no quiere gobernar la ultraderecha y, cada vez que puede, pide a los votantes de la formación de Santiago Abascal, tercero en los sondeos, que se pasen al PP. «No somos tu partido, pero sí tu solución», dijo en un mitin dirigiéndose a los electores de Vox.

«Le da vergüenza comparecer con Abascal»

De momento, el líder del PP hace tímidos reproches a Abascal, un exmiembro de su partido a quien muchos ya ven como vicepresidente de España, en caso de que Feijóo no logre los votos suficientes para la anhelada mayoría.

Al mismo tiempo, el político gallego sabe que si le araña suficientes votos a Abascal podría librarse de su apoyo, pactando con partidos minoritarios de derecha moderada.

De hecho, el candidato del PP incluso le ha pedido al presidente socialista, Pedro Sánchez, que se abstenga en caso de que su partido obtenga más escaños que el llamado bloque progresista, formado por el PSOE y el recién creado Sumar, lo cual le permitiría gobernar en minoría.

La estrategia de Feijóo pasa por no acudir a debates, como el que realizó el miércoles la televisión pública española RTVE con los principales candidatos.

«Al señor Feijóo le da vergüenza comparecer con su socio, el señor Abascal», dijo Sánchez.

También se atribuye la ausencia a su necesidad de no exponerse demasiado y tener que justificar la relación que mantuvo en los años 90 con el narcotraficante Marcial Dorado. Sin embargo, este viernes, después de haber negado varias veces que conociera las actividades delictivas de su amigo, admitió que sabía que «había sido contrabandista» cuando lo conoció.

El ‘voto útil’ por la ley electoral

Feijóo busca seducir al votante de la extrema derecha también con el argumento del ‘voto útil’ en la España más rural y menos poblada, amparándose en el cuestionado sistema electoral.

En España, una monarquía parlamentaria con sufragio indirecto, los electores eligen a los 350 miembros del Congreso de los Diputados, que se encargan de designar al presidente del Gobierno. Este proceso empieza con la propuesta del rey, quien tras reunirse con los partidos, propone un candidato que tenga el apoyo para ser investido.

Muchos aseguran que el ‘método d’Hondt’, el sistema de cálculo proporcional entre los votos los partidos en las circunscripciones electorales y la representación parlamentaria, favorece sobre todo en las circunscripciones pequeñas a los partidos grandes y a los regionales, entre ellos los nacionalistas y los independentistas.

«Os propongo ganar al ‘sanchismo’, no dar un balón por perdido y unir el voto para que no se pierda ninguno«, afirmó en Oviedo (norte), dirigiéndose también a los votantes de Abascal.

Un presidente «para todos»

Pero su evidente cercanía con Vox pone en entredicho sus guiños al centro, donde conviven desde desencantados del socialista PSOE hasta potenciales votantes moderados de los otros partidos.

Prueba de ello es la lona enorme lona que el PP desplegó en el Paseo de la Castellana, en Madrid, en la que sin su logo y sobre un fondo con franjas de colores de todos los cinco principales partidos, pidió a los españoles el voto por Feijóo si quieren «un presidente que gobierne para todos».

Con acciones así, la derecha busca también atraer al casi 10 % de indecisos, gran parte de ellos moderados, y convencer a los millones de abstencionistas. Ambos grupos pueden ser decisivos el domingo.