Tracción trasera, delantera o total: ¿cuál te conviene más?
Es seguro que ya sabrás –porque habrás leído o escuchado– que hay diferentes tipos de tracción: la delantera (front-wheel drive, FWD por sus siglas en inglés), la tracción trasera (rear-wheel drive, RWD) y la tracción total (all-wheel drive, AWD). Lo sabías, pero ¿qué significan, especialmente, en términos de rendimiento de manejo? La respuesta rápida es que todo dependerá de factores externos tales como la habilidad del conductor, el clima y los neumáticos.
Ciertos fabricantes de automóviles han apostado por una determinada transmisión. Por ejemplo, Audi ha sido sinónimo de tracción total Quattro desde que sus autos de carrera del Grupo B comenzaron a “demoler circuitos” en la década de 1980. BMW, hasta hace muy poco, producía sólo carros con tracción trasera. Ahora, los modelos con tracción delantera y xDrive con tracción en las cuatro ruedas han encontrado su espacio en casi toda la alineación de la marca. Por su parte, la larga lista modelos de rendimiento asequibles de Honda —con la excepción de su NSX— se ha construido exclusivamente en plataformas de tracción delantera.
Una forma de adentrarse en este tema es saber cuántos vehículos a día de hoy usan según qué configuración. Así, la mayoría de los automóviles y camionetas vendidas en los Estados Unidos operan con una configuración de tracción delantera (54% de todas las ventas en 2013). Eso significa que el motor, la transmisión, el diferencial y las ruedas motrices están en la parte delantera, mientras que las ruedas traseras están para aguantar algo de peso y rodar…
La siguiente configuración más popular —y que ha crecido constantemente en estos últimos años— es la tracción total (34% de todas las ventas en 2013) donde un par de diferenciales (uno en cada eje), divide la potencia del motor. Finalmente, el segmento que más ha disminuido ha sido el de la tracción trasera (12% de todas las ventas en 2013), donde el motor tradicionalmente montado en la parte delantera envía potencia a lo largo del eje motriz hacia las ruedas posteriores.
Una de las razones fundamentales de estos números tiene que ver con la economía, más específicamente, con el ahorro: las plataformas de tracción delantera no sólo son más económicas de diseñar y construir, sino que también son más ligeras y consumen menos combustible que las otras configuraciones.
¿Y el clima, de verdad importa? Si vives en un clima medianamente templado, probablemente cualquier elección de transmisión te irá bien. Aun así, recuerda siempre que los vehículos con tracción en las cuatro ruedas y con tracción delantera son los más fáciles de manejar con nieve y lluvia. La razón tiene que ver con la distribución del peso, lo cual implica un mayor agarre. Así de simple.
¿Diferencia entre la all-wheel drive (AWD) y la four-wheel drive (4WD)? Tanto los modelos 4WD como AWD aplican potencia a las cuatro ruedas, sólo que los modelos 4WD añaden menos engranajes para mantener la tracción en condiciones ultra-resbaladizas. El Wrangler de Jeep usa un sistema 4WD que permite trepar por las rocas, mientras que el deportivo Audi TT utiliza un sistema AWD para el máximo agarre durante las maniobras de conducción de alto rendimiento en pistas y carreteras. Básicamente, y a menos que pretendas domar las montañas, un sistema 4WD suele ser excesivo para un auto de ciudad.
Respuesta de los vehículos a diferentes tipos de tracción
Tracción delantera
Injustamente, los vehículos con este tipo de tracción se han ganado una mala reputación. Las quejas son bastante simples: dado que el eje delantero de un automóvil FWD está a cargo de dirigir y administrar toda la potencia del motor (en lugar de simplemente controlar o administrar sólo una parte de esta energía), pueden suceder dos cosas. La primera se llama torque-steer, un fenómeno en el que la entrega del par de torsión (su fuerza) sobrepasa a las ruedas delanteras y las “dirige” de forma algo violenta, obligando al conductor a reducir la aceleración o mantener con fuerza el volante. El segundo problema se llama “subviraje”, donde un giro de dirección combinado con el acelerador empuja el vehículo hacia el exterior en una esquina.
Estos problemas existen, sí, pero son en gran parte culpa del mismo conductor. A medida que los modelos de rendimiento FWD mejoran y se vuelven más potentes —como el Volkswagen GTI y el Ford Fiesta ST—, el torque-steer puede ser todavía un problema, aunque se ha progresado mucho últimamente para anular esta condición con sistemas implementados de fábrica. En cuanto al subviraje, eso está completamente bajo la responsabilidad-control del conductor, y a medida que éste aumente su habilidad, podrá llegar —incluso— a no tener que quitar nunca el pie del acelerador en una curva.
Tracción trasera
¿Por qué los puristas aman los diseños RWD? Por varias razones. Un sistema de tracción trasera proporciona un grado extra de control a un conductor experto, aunque también es una transmisión más difícil de dominar. En términos de aceleración, un sistema RWD también será más rápido que una configuración FWD porque a medida que el peso se va transfiriendo a la parte trasera, las ruedas delanteras van perdiendo el agarre que van ganando las ruedas traseras.
En una pista, los carros con tracción trasera pueden girar con mucha mayor facilidad por las curvas que los modelos FWD o AWD. Además, las configuraciones RWD generalmente se diseñan con una distribución de peso casi perfecta (50:50) gracias a un motor montado en la parte delantera y una transmisión y diferencial en la parte trasera. En términos de rendimiento, ese equilibrio se traduce en manejo neutral, en donde los más sutiles toques al acelerador, a la dirección o al frenado, tienen un mayor impacto.
Tracción en todas las ruedas
Quizá en este punto te imagines que la tracción total toma lo mejor de ambos mundos. Sí y no. En términos de aceleración, es cierto: la tracción en las cuatro ruedas generalmente es la más rápida. En las pistas, los sistemas AWD permiten niveles increíbles de agarre durante las curvas… pero todo ese agarre a veces puede obstaculizar las maniobras del conductor.
Dar vueltas a una pista lo más rápido posible en un vehículo AWD es más fácil de conseguir que en las configuraciones FWD y RWD. Sin embargo, cuando se trata de conductores profesionales, los vehículos AWD son en realidad más difíciles de manejar que los FWD y RWD. Un sistema de tracción integral sin sesgo (delantero o trasero) se resiste fuertemente a los movimientos “artificiales”, como la rotación del frenado y el sobre-viraje. El agarre es genial, pero los conductores experimentados pueden obtener más de un vehículo que les permita “forzar” su voluntad en determinadas condiciones.
¿Cuál es mejor?
Esa es una de las preguntas más repetidas en el mundo de la automoción, y la respuesta dependerá en gran medida de a quién se le pregunte. Aquí todo depende en gran medida de la situación y la aplicación del sistema, y créenos: no hay una respuesta correcta o incorrecta. Cualquier tipo de sistema de tracción en las cuatro ruedas se percibe como superior en situaciones de baja tracción. Eso lo hace más favorable para quienes viven en regiones donde cae mucha nieve o donde las carreteras asfaltadas son un lujo. Más recientemente, la tracción en las cuatro ruedas se ha vuelto más prominente en las aplicaciones de rendimiento como una forma de aumentar la tracción.
Cuando se trata de diseños de tracción en dos ruedas –y la consecuente disyuntiva “delantera versus trasera”– el debate se vuelve aún más complicado. Debido a su antigüedad e historia con el origen del automóvil, la tracción trasera fue alguna vez el tipo de transmisión más prominente, sobre todo debido a su diseño simple y rentable. A medida que la tecnología evolucionó, los costos de desarrollo más baratos hicieron que la tracción delantera se hiciera más popular debido a razones de empaque y ahorro de combustible. ¿Por qué? Pues porque los vehículos con tracción delantera requieren de menos piezas, ya que el tren motriz completo generalmente se empaqueta como una unidad que se encuentra en la parte delantera del vehículo. No existe un vehículo de tracción delantera con motor trasero producido en serie porque aquello no tiene sentido en términos de complejidad de ingeniería, aunque algunos vehículos con motor trasero si poseen tracción en las cuatro ruedas (como el Volkswagen Vanagon Syncro).
En cuanto a cuál es mejor, nuevamente, todo dependerá de la situación. Tanto los vehículos de tracción delantera como los de tracción trasera pueden presentar desventajas, aunque también ambos han demostrado su eficacia, especialmente cuando el automóvil está equipado con los neumáticos adecuados para el clima en el cual se maneja.
Mirando hacia el futuro
Con el mercado demandando más crossovers y vehículos multiuso que nunca, la tendencia del desarrollo de autos de tracción delantera y tracción total continuará. Se ha vuelto más simple que nunca que los fabricantes de automóviles reconfiguren los modelos FWD en formas AWD (con un sesgo de potencia en las ruedas delanteras), así que esperaramos que la gran mayoría de los vehículos estén disponibles en ambas configuraciones muy pronto.
A medida que la asistencia eléctrica avance en todos los segmentos de la industria, la aplicación de energía será más personalizada. Las baterías compactas y los motores eléctricos probablemente permitirán que cada rueda utilice su propia fuente de alimentación, mientras que el rendimiento general del vehículo se controlará a través de una computadora central. Hemos visto esto en conceptos y superdeportivos como el nuevo NSX de Acura, con excelentes resultados de rendimiento.
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