MINI John Cooper Works GP: experiencia de manejo sinigual
Conducir el MINI John Cooper Works GP, edición especial inspirada en el rally de Montecarlo de hace más de 50 años, es una experiencia sinigual.
He manejado autos de gama alta como Lamborghini, Aston Martin, Corvette y el recién revisado Nissan GT-R, pero los MINI Cooper son mis favoritos. Conducirlos es de lo más divertido: parece que corren sobre rieles de ferrocarril, ya que los puedes manipular a placer sin esperar un derrape o descarrilamiento. Incluso a velocidades altas su estabilidad está comprobada.
Esta edición especial del MINI (se fabricaron 3,000 piezas que únicamente se adquieren bajo pedido) tiene un diseño único en los faldones delanteros, vivos en rojo, un alerón bastante pronunciado y el emblema GP por todos lados que lo hacen muy atractivo.
Es un auto que se tuvo que modificar con polveras especiales de fibra de carbono debido al ancho de sus llantas, ya que las leyes no permiten que las ruedas sobrepasen la carrocería. Estos detalles lo hacen aún más agresivo, pero no perjudican su cualidad aerodinámica.
Por dentro, más allá de los emblemas GP, no hay muchas diferencias respecto a otros modelos MINI, como el ya clásico tablero central con forma de círculo y su pantalla de infoentretenimiento que admite Apple CarPlay y Android Auto. Sobre el volante hay otra pantalla de menor tamaño que permite ver la velocidad, las revoluciones e información del auto, como la música que se escucha.
Su peculiaridad es que está diseñado solo para dos pasajeros, ya que la parte trasera está reservada para una barra estabilizadora de lado a lado color rojo, muy vistosa y que le da mayor rigidez a este MINI.
Al ser un auto deportivo, su suspensión es dura, pero el manejo es increíblemente veloz. Si bien su motor es de cuatro cilindros de 220 kW, regala 301 caballos de fuerza gracias a su tecnología MINI TwinPower Turbo que hace que el auto vuele por las carreteras. Un nuevo punto de referencia en el segmento de automóviles compacto.
Si esto no es suficiente, puedes activar el modo GP desde la consola central al deshabilitar el control de tracción. Una vez realizada esta tarea, el auto te avisará que estás en dicho modo, y que el control de estabilidad y el piloto automático se han apagado para que puedas correr el auto a la velocidad que quieras.
Además de GP, puedes poner el auto en modo deportivo con la palanca de velocidades. También se puede conducir en modo manual, pero la combinación ganadora es el deportivo más el GP: así le sacarás todo el jugo a esa pequeña máquina de poder.
En cuanto al interior, los asientos son rígidos como buen auto de carreras, pero también son cómodos y están tapizados con piel alcantara gris con detalles en rojo (casi todo el auto tiene esta combinación).
Aunque pareciera que los 301 caballos de fuerza no son suficientes, el peso y tamaño del MINI GP hacen que esta potencia sea más que suficiente para rivalizar con cualquier otro auto, como el ya citado Nissan GT-R.
La aceleración es adrenalina pura, incluso una sensación de vértigo recorre tu cuerpo al pisar el acelerador. No diré la velocidad que alcancé con este auto, pero sin duda lo llevé al límite y no me decepcionó en ningún momento.
Este MINI deja los lujos de lado, aunque tiene algunos aditamentos que llaman la atención, como un cargador inalámbrico para teléfonos inteligentes en el descansabrazos central.
Uno de mis detalles favoritos de este auto inglés con un toque de ingeniería alemana (MINI Cooper pertenece a la germana BMW) fue la bandera Union Jack en los faros traseros.
El precio del MINI John Cooper Works GP edición especial es de $45,750 dólares, nada descabellado para lo que ofrece. Si yo pudiera, me lo compraba cuanto antes: es un auto para disfrutarse en la carretera, hacer rebases cerrados y para que el resto de los autos muerdan el polvo.
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