Interfaz cerebro-computadora: la futurista apuesta de Valve
Al más puro estilo de Black Mirror. Así es como Gabe Newell, cofundador y presidente de Valve, imagina el futuro de los videojuegos.
Newell abordó los planes de Valve para desarrollar interfaces cerebro-computadora (BCI) en una entrevista con la cadena neozelandesa 1 News (vía The Verge).
Aunque admitió que la idea suena “indistinguible de la ciencia ficción”, aseguró que los desarrolladores estarían cometiendo un “error tonto” si ignoraran esta área de desarrollo.
Juegos “inteligentes”
La compañía trabaja en los auriculares OpenBCI con el objetivo de desarrollar un software de código abierto para los desarrolladores de videojuegos.
Aunque por el momento no tiene planes para comercializarlos, la idea de Valve es permitir que los desarrolladores puedan comprender las señales que provienen del cerebro. De esta forma podrían crear videojuegos que interpreten si un usuario lo está disfrutando y ajustar la experiencia en ese sentido, por ejemplo, aumentando la dificultad.
Más allá de los “periféricos de carne”
Sin embargo, el objetivo final de Newell es escribir señales en el cerebro de las personas, en lugar de simplemente leerlas.
Newell sugiere que la capacidad para experimentar juegos existentes está limitada por el cuerpo físico o “periféricos de carne”.
“El mundo real parecerá plano, incoloro, borroso en comparación con las experiencias que podrá crear en el cerebro de las personas”, aseguró.
Otros beneficios… y peligros
Más allá de su uso en juegos, Newell aseguró que las BCI podrían ayudar con otras áreas de la vida humana como el sueño.
Sin embargo, también reconoce que las interfaces serán susceptibles a virus como otras tecnologías, por lo que será necesario contar con medidas de seguridad.
“La gente tendrá que tener mucha confianza en que se trata de sistemas seguros que no presentan riesgos para la salud a largo plazo”, afirmó.
Actualmente, Neuralink de Elon Musk y Facebook son algunas de las compañías que están trabajando en iniciativas que buscan desarrollar interfaces cerebro-computadora.