martes, noviembre 5, 2024
Internacionales

Entre el desánimo y la división, Chile elige a consejeros que redactarán la propuesta de Constitución

Los chilenos vuelven este domingo a las urnas en un nuevo intento por cambiar la Constitución que está en vigor desde los oscuros tiempos del dictador Augusto Pinochet, en medio de la apatía generalizada por unos comicios vistos como un pulso entre el oficialismo del presidente Gabriel Boric, cuya popularidad está en caída, y la oposición de derecha y populista.

Más de 15 millones de personas están convocadas a votar de manera obligatoria para elegir a 50 consejeros, de entre más de 350 candidatos, que redactarán otra propuesta de Carta Magna, que será sometida a referéndum en diciembre.

El primer intento generó una gran expectación civil y mediática en un contexto de efervescencia por la llegada al poder del izquierdista Gabriel Boric, pero terminó en fracaso en septiembre del 2022, después de que el 62 % los electores rechazara la propuesta anterior.

Esta vez, después de que el Parlamento negociara transversalmente con gran parte del espectro político para acordar una novedosa hoja de ruta para llegar a una nueva propuesta, el panorama es muy diferente: hay una marcada apatía de la población y el oficialismo y la oposición (favorita en los sondeos) llegan divididos. 

Problemas más acuciantes

El proceso anterior fue muy seguido dentro y fuera del país, porque era visto como una salida a las masivas protestas de 2019 y 2020, consideradas las más relevantes desde el retorno a la democracia. Era una novedad que auguraba vientos de cambio.

Pero esta vez no es así.

Hace tres semanas, la encuestadora chilena Criteria preguntó a sus entrevistados cuán interesados estaban en el nuevo proceso constituyente y sólo un 31 % respondieron positivamente, frente al 60 % de 2021, cuando la sociedad estaba movilizada en el proceso anterior. Otros sondeos ofrecen panoramas similares.

Varios factores justifican ese desinterés. Los chilenos han acudido varias veces a votar en los últimos tres años y ahora están mucho más preocupados por otros temas más cotidianos, como la creciente sensación de inseguridad o la elevada inflación. Además, el fracaso anterior desalienta a muchos a implicarse en un nuevo proceso que es largo y tortuoso.

«Hay una fatiga constitucional (…) la gente percibe que tampoco se juega algo tan dramático. Vamos a elegir 50 personas, hombres y mujeres, que van a redactar el texto constitucional y probablemente la gente piensa que hay que dar espacio para eso y más bien la decisión final será tomada el 17 de diciembre, cuando tengamos que aprobar o rechazar la propuesta que redacten», explicó en una entrevista a BioBioChile Marco Moreno, Director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones Universidad Central.

Un nuevo y tortuoso proceso

Este nuevo proceso constituyente es muy distinto al que terminó en fiasco hace poco más de siete meses. La gran novedad fue la creación de un grupo de 24 expertos designados por el Parlamento con la misión de elaborar un borrador que tiene que servir de base para los 50 consejeros —25 mujeres y 25 hombres— electos este domingo.

Estos consejeros dispondrán de cinco meses para tratar el borrador y hacer una propuesta formal a ser entregada como máximo el 7 de noviembre. 

Campañas y apatía: Así avanza Chile hacia la elección de consejeros que redactarán la ConstituciónCampañas y apatía: Así avanza Chile hacia la elección de consejeros que redactarán la Constitución

El texto será revisado tanto por la Comisión Experta como por el Comité Técnico de Admisibilidad, un órgano de 14 juristas que evalúa la pertinencia legal de las propuestas. Luego, si no hay contratiempos, arrancará la campaña y la propuesta será sometida a referéndum el 17 de diciembre.

En esta ocasión, además, el voto es obligatorio. Y, a diferencia del voto anterior, cuando gran parte de los postulantes era independiente, en esta ocasión la mayoría de las candidaturas está avalada por algún partido político.

División en los dos bandos

La apatía de la población hace que sea muy difícil predecir los resultados de la elección, a la que el oficialismo y la oposición llegan divididos.

Los más de 350 candidatos están divididos básicamente en cinco opciones. El oficialismo está dividido en dos, Unidad para Chile —una coalición de partidos que respaldan al izquierdista Boric, entre ellos el Frente Amplio y el Partido Comunista— y Todo por Chile —una alianza centroizquierdista de dos partidos—.

La oposición está representada en tres opciones. El Partido Republicano, liderado por el ultraconservador José Antonio Kast, al que Boric derrotó en los comicios; y el derechista Partido de la Gente, fundado por el excandidato presidencial Franco Parisi. Ambos barajaron infructuosamente concurrir juntos y son tenidos por populistas.

Después está Chile Seguro, que representa a la derecha tradicional a través de varios partidos, entre ellos Renovación Nacional, del expresidente Sebastián Piñera.  

¿Victoria conservadora?

Hay un consenso entre analistas de que la elección del domingo se saldará con una nueva derrota del oficialismo.

Pero todo dependerá del número de consejeros que logre escoger. El peor escenario sería que no logre reunir un mínimo de 21 consejeros, porque eso supondría que la oposición habría salido muy reforzada, con tres quintas partes de los consejeros y la posibilidad de redactar la Constitución prácticamente a su antojo.

En ese escenario, el oficialismo no tendría poder de veto. Pero también está por ver cuán reforzadas salen las opciones populistas lideradas por Kast y Parisi, dos fuerzas que creen que ahora mismo no es necesaria una nueva Constitución para Chile, lo cual podría torpedear el proceso de redacción y la posterior votación.

Medir y reordenar fuerzas

Para los investigadores del Observatorio de Historia Reciente de América Latina y Chile de la UDP, Thomas Villaseca e Isidora Russo, «todo hace pensar que la función de estas elecciones es medir fuerzas entre los partidos políticos, especialmente entre la derecha, los republicanos y el Partido de la Gente».

«Como consecuencia de este generalizado desánimo, los candidatos a consejeros han traído ofrecimientos que —lejos de transformaciones constitucionales— se enmarcan en respuestas rápidas a inquietudes urgentes de la ciudadanía», apuntaron en una columna de opinión. 

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RT espanol