Doom, el pionero de los disparos celebra 27 años
Es muy probable que en la actualidad las gráficas del clásico Doom (1993) solo nos provoquen un poco de nostalgia. Y quizás algo de risa.
Es parte de la perspectiva distorsionada que provoca el paso del tiempo. Lo cierto es que, en su momento, este videojuego llamó la atención del incipiente grupo de gamers.
Solo se necesitaban 4MB de memoria RAM para que funcionara y eso era todo: podíamos pasar largas horas recorriendo laberintos y disparándoles a siniestras criaturas que más bien parecían salidas de una cinta de ciencia ficción.
Respecto a esto, un dato interesante: tanto John Carmack como John Romero, los creadores, querían que su nuevo juego tuviera una atmósfera similar a la de las películas Alien y Posesión Infernal, así que a ellos debemos culpar por todos los sustos que nos llevamos con la súbita aparición de uno de los monstruos en el juego listo para aniquilarnos.
Pese al paso de los años, recordamos este videojuego con cariño, no solamente porque exactamente hoy cumple 27 años (10 de diciembre de 1993), sino porque también se convirtió en todo un pionero en aquella época.
Disparos en primera persona
Doom es considerado uno de los juegos clave para popularizar el formato de tiros en primera persona.
Hay que aclarar que no fue el primero en ofrecer esta modalidad de juego, pero sí uno de los que lo hizo más famoso.
Desde ese momento, fueron varios los videojuegos que adoptaron con éxito este formato y hoy es uno de los más conocidos, con entregas tan populares como Call of Duty, Crysis o Medal of Honor.
Y en Doom, el formato es lo más importante, más aún si consideramos que la trama no ofrecía muchas cosas nuevas: el protagonista era un ex marine instalado en una de las lunas de Marte, entrenado para matar todo tipo de criaturas que se le aparecieran.
En este sentido, parte de su éxito se debió al formato, que le daba la posibilidad de disparar sin límites a los amantes de la acción y los balazos.
En números, Doom ha conseguido vender más de diez millones de copias y se ha transformado en una verdadera franquicia, con novelas, cómics, juegos de mesa y dos películas.
En una época como la actual, donde es posible jugar una cantidad infinita de videojuegos sin la necesidad de instalarlos, es posible que muchos gamers nostálgicos aún recuerden con cariño y ansias a Doom.