viernes, noviembre 22, 2024
Internacionales

Bellingcat afirma que identificó a los implicados en el caso Navalny y dice que el FSB siguió los pasos del opositor durante años

Un grupo de integrantes del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) está detrás del envenenamiento del líder opositor ruso, Alexéi Navalny, ocurrido en agosto de este año, según una investigación conjunta de Bellingcat y The Insider, que trabajaron en colaboración con la CNN y Der Spiegel.

Un informe de Bellingcat, publicado el 14 de diciembre, indicó que su investigación mostró que un grupo de agentes del FSB vigiló las actividades de Navalny, actuando bajo la apariencia del Instituto de Criminalística del FSB. El programa, sostiene, fue supervisado por el coronel Stanislav Makshakov, científico militar que previamente había trabajado en el Instituto Estatal de Síntesis Orgánica que investigaba y desarrollaba nuevas formas de armas químicas antes de que Rusia pusiera fin a este tipo de actividades en el 2017. Bellingcat estima que Makshakov sirvió de puente entre los agentes y los cargos más altos.

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Basándose en los metadatos de llamadas telefónicas, la información sobre vuelos y las bases de datos filtradas, los autores de la investigación sugirieron que al menos 15 agentes formaban parte del grupo secreto y al menos 8 de ellos «estaban en estrecho contacto en diversas etapas de las operaciones para seguir a Navalny y durante días y horas antes del envenenamiento». Aparte de Makshakov, entre estos 8 integrantes estaban: Oleg Tayakin (‘Tarásov’), Alexéi Alexándrov (‘Frolov’), Iván Ósipov (‘Spiridónov’), Konstantín Kudryávtsev (‘Sokolov’), Alexéi Krivoschókov, Mijaíl Shvets (‘Stepánov’) y Vladímir Paniáyev.

De acuerdo con el material publicado, los miembros de la fuerza de seguridad vigilaron a Navalny a partir del 2017, cuando anunció su intención de participar en la carrera presidencial en el 2018, y viajaron —bajo sus nombres reales o ficticios— en 37 vuelos, siguiendo los pasos del opositor. Realizaron sus viajes en grupos de 2 o 3 personas, eligiendo en su mayoría vuelos paralelos a los de Navalny. A veces se trataba de aviones que partieron o llegaban de/a otros aeropuertos o vuelos que precedieron a los del opositor.

Presunto envenenamiento en agosto

Los autores de la investigación afirmaron que 3 agentes —Alexándrov, Ósipov y Paniáyev— volaron con Navalny a Novosibirsk y Tomsk. Durante este viaje, sus actividades fueron apoyadas y supervisadas por otros 5 integrantes del grupo: todos los implicados se comunicaban entre sí, con particular frecuencia durante el último día de estancia del opositor en Novosibirsk, quien posteriormente planeaba dirigirse a la ciudad de Tomsk, y justo antes de que se registrara el envenenamiento, afirmó Bellingcat. «Miembros de este equipo se comunicaron con expertos en toxinas organofosforadas [el grupo al que pertenece el Novichok] en las semanas previas al viaje de Navalny en agosto del 2020 a Siberia y lo siguieron intensamente durante este tiempo, especialmente durante días y horas antes de su envenenamiento en Tomsk», reza la publicación.

Durante su misión, los agentes usaron unos teléfonos sustitutivos, pero el 14 de agosto uno de ellos supuestamente encendió su teléfono principal, dando información sobre su ubicación: la primera vez estaba cerca de un hotel, en el que una acompañante de Navalny, María Pévchij, reservó una habitación, mientras que la segunda vez ya estaba cerca del hotel, adonde posteriormente llegó el opositor y su equipo. Según los autores de la publicación, encendió su teléfono también la tarde antes del ataque.

Después de que el opositor se sintiera mal a bordo de un avión en el que viajaba desde Tomsk a Moscú y fuera hospitalizado en Omsk tras un aterrizaje de emergencia, Tayakin (‘Tarásov’), que hasta aquel momento se quedaba en Moscú, voló a Gorno-Altaisk. Bellingcat opinó que su destino podría haber sido Bisk, localidad cercana de la citada ciudad, agregando que allí se ubica el Instituto de Problemas de Energía Química que reclamó la invención en el 2018 de un «nanoabsorbente para eliminar rastros de armas químicas de sitios infectados» y «tiene una relación especial con el Instituto de Criminalística». The Insider escribió que otros agentes también se dirigieron a Bisk desde Tomsk y Novosibirsk. Según una versión, podrían haber hecho esto para aparentemente eliminar rastros del veneno de las cosas de Navalny.

Bellingcat afirmó haber descubierto unos «datos de telecomunicaciones y de viaje» que «sugieren firmemente» que el ataque contra Navalny «se encomendó a los niveles más altos del Kremlin». «Es también posible que hubiera intentos anteriores para envenenar a Navalny, incluso uno en la ciudad occidental rusa de Kaliningrado solo un mes antes del envenenamiento casi fatal con Novichok en Siberia», cuando la esposa del opositor, Yulia, se sintió mal por una razón desconocida, agregó.

Investigación de The Sunday Times sobre el «segundo envenenamiento»

El material de Bellingcat fue difundido un día después de que fuera publicado un artículo de The Sunday Times que, citando a unas fuentes anónimas en la Inteligencia occidental y servicios especiales alemanes, reportó sobre el segundo intento de envenenamiento a Navalny, que presuntamente tuvo lugar mientras se encontraba en el hospital de Omsk. El periódico acusó a los agentes de seguridad rusa de este ataque.

Respecto al primer presunto envenenamiento, The Sunday Times estimó que el veneno habría llegado al cuerpo de Navalny desde su ropa, donde, según su información, fue dejado por los agentes.

El Kremlin tacha el reporte de «disparate»

El portavoz presidencial, Dmitri Peskov, tachó el reporte del diario británico al respecto de «disparate». La información fue desmentida también por el jefe de la unidad de intoxicaciones agudas del hospital de Omsk, Alexánder Sabáyev, que aseguró que solo el personal médico tuvo acceso a la habitación del opositor.

Caso Navalny

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El pasado 20 de agosto, Navalny se sintió mal durante un vuelo a Moscú, por lo que el avión aterrizó de emergencia en la ciudad rusa de Omsk, donde el opositor fue hospitalizado en estado grave y tuvo que ser conectado a un respirador. Los médicos del hospital de emergencias de Omsk afirmaron no haber encontrado ningún rastro de veneno en el organismo del paciente, siendo el trastorno metabólico el diagnóstico principal que manejaron.

A petición de la familia, el opositor fue trasladado a Alemania, al hospital Charité de Berlín, donde el diagnóstico inicial fue que sufrió una intoxicación con una sustancia del grupo de los inhibidores de la colinesterasa. En respuesta, desde el Ministerio del Interior de Rusia de la provincia de Omsk confirmaron que no se habían encontrado sustancias potentes o narcóticas en los análisis a Navalny durante sus inspecciones. 

El 2 de septiembre, el Gobierno de Alemania anunció que los resultados de las pruebas del laboratorio especial de la Bundeswehr concluyeron que el opositor ruso fue envenenado con un agente químico nervioso del grupo Novichok. 

Moscú reiteró que desde el primer momento no ha ocultado nada sobre el caso del opositor ruso, y que busca establecer un diálogo con sus colegas de Alemania para recibir información sobre la sustancia que, según sus estimaciones, estaba presente en el cuerpo de Navalny. Por su parte, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, afirmó el 5 de octubre que Moscú está interesado en establecer la verdad en torno a la situación de Navalny, y subrayó que Occidente le niega a su país las solicitudes que ha formulado en ese sentido, todas basadas en un convenio internacional.

La semana pasada, el presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que la Fiscalía General y el Comité de Investigaciones de Rusia están revisando la situación sobre el posible envenenamiento de Navalny, pero no pueden abrir un caso penal en Rusia por falta de materiales relevantes. Putin recordó que la Fiscalía rusa ha pedido repetidamente a sus socios extranjeros que le envíen «al menos una conclusión oficial escrita sobre los resultados de su investigación». Según el mandatario, no solo «nadie» entrega a Rusia los materiales que pide, sino que tampoco pueden «explicar por qué». «Estamos listos para aceptarlos, venid con los materiales, mostradnos dónde está este ‘Novichok'», señaló Putin.

RT espanol