Atari Gran Trak 10: así fue la primera arcade de carreras
Era 1972 y Atari se encontraba a punto de llegar a la cima de su éxito tras patentar Pong, el videojuego con el que inició la revolución de las máquinas tragamonedas conocidas como arcade y que convertiría a Atari en una compañía valuada en $2,000 millones de dólares. En paralelo a la producción de la máquina Pong, por la que Atari y su fundador Nolan Bushnell fueron acusados de plagio por Magnavox, la compañía trabajaba en una máquina sinigual: Gran Trak 10.
Se trató de la primera máquina arcade con un videojuego de carreras; debutó en mayo de 1974. El mundo del entretenimiento no había visto nunca nada igual, pues el gabinete incluía un volante, una palanca de con cuatro velocidades e incluso pedales, tal cual como si se tratara de un automóvil real. El diseño de la máquina estuvo a cargo de Allan Alcorn, el mismo ingeniero que adaptó Pong a un gabinete Arcade.
Bushnell, un genio de la publicidad, promocionó la Gran Trak 10 como una experiencia de conducción similar a la de un auto real, aunque en realidad la experiencia distaba mucho de ello.
Aunque en la actualidad el gameplay de la Gran Trak 10 luce absolutamente rudimentario, la máquina ostenta varios logros técnicos, como ser la primera arcade en utilizar memoria ROM para ejecutar el juego. Y si visualmente la imagen de la pista delineada con puntos luminosos no envejeció de la mejor forma, los sonidos lo hicieron. Varios de los comentarios en los videos en YouTube que muestran la máquina en funcionamiento destacan su realismo. Escuchar bufar ese auto en 1974 debió ser una experiencia fantástica.
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Un legado de éxito, pérdidas y clones baratos
Gran Trak 10 fue una máquina bien recibida por los salones arcade de Estados Unidos, aunque para Atari su éxito fue más bien allanar el camino para la comercialización de otros juegos de carreras como Le Mans (1976), Sprint 2 (1976) y Super Sprint (1986), todas máquinas arcade con volantes y pedales. Financieramente, significó pérdidas por $500,000 dólares reportadas en el año fiscal de 1974, en parte porque Atari vendía cada Gran Trak 10 con una pérdida neta de $100 dólares. Entre los componentes técnicos y controles, la máquina pesaba cerca de 200 kilos.
La Atari Gran Trak 10 también trascendió el mundo de las máquinas de videojuegos arcade e inspiró a cientos de juguetes en los años ochenta. Varios de ellos retomaron el diseño del gabinete con volante para crear un juego de conducción basado en una imagen superpuesta sobre una rudimentaria pantalla con luces y sonidos.