Así comenzó la exitosa historia de Konami en los videojuegos
Décadas atrás de que el nombre de Konami se asociara con algunas de las series más exitosas del mundo de los videojuegos como Metal Gear Solid, Castlevania o Silent Hill, Konami forjó su nombre en los salones de máquinas arcade.
Paradójicamente, el negocio de las máquinas tragamonedas, en declive en Occidente desde hace varios años, aún saca a flote financieramente a Konami, luego de la polémica salida del creativo Hideo Kojima y que series de abolengo como Castlevania o Contra permanecen en un limbo del que, al menos en el corto plazo, no parece que saldrán.
Konami fue fundada por tres socios japoneses en 1969 como una compañía dedicada a la fabricación y reparación de rocolas o jukeboxes en Osaka. Pese a que el negocio prosperaba, Kagamesa Kozuki, uno de los tres fundadores de la compañía, decidió reestructurarla para dedicarse a un negocio que terminaría siendo dominado por compañías japonesas (¡Street Fighter II!) pese a haber sido iniciado por una empresa de Estados Unidos: Atari.
Fue el 19 de marzo de 1973 cuando Konami comenzó la fabricación de máquinas arcade. Un año atrás, Atari y Nolan Bushnell iniciaron la comercialización de la arcade de Pong, dando inicio a la revolución de los videojuegos y salones arcade en todo Estados Unidos. El atino de Konami fue anticipar la revolución que se venía al enfocar sus herramientas y aprovechar la larga tradición en Japón del uso recreativo de máquinas tragamonedas.
Pese al anticipo, no fue sino hasta 1978 que lanzó su primera arcade, Block Invader, un juego de corte similar al clásico también estrenado en Japón en 1978, Space Invaders. A la fecha, el material videográfico de aquella mítica primera arcade de Konami es prácticamente imposible de conseguir en la red, por lo que las únicas referencias son emulaciones de versiones posteriores adaptadas por Konami a otras consolas como la portátil de Nintendo Game Boy.
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La revolución del beat’em up cooperativo
Konami lanzó varias arcades antes de cosechar el que sería su primer éxito en 1981: Frogger. El juego, recordado por millones de jugadores en todo el mundo, consiste en cruzar a una rana por un camino lleno de obstáculos. En ocasiones era una calle atravesada por varios automóviles y en otras un río en el que unos troncos flotantes hacían la de puentes.
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Al éxito de Frogger seguirían hits como Q-Bert (1983), Gradius (1985), Contra (1987) y Haunted Castle (1988), que a la postre sería adaptado como Castlevania en América. Estos éxitos convirtieron a Konami en un referente de los juegos arcade, con varias de sus series convirtiéndose en legendarias franquicias que han vendido millones de copias para consolas de videojuegos en todo el mundo.
Pero los hits logrados por Konami tendrían un antes y un después con el estreno de Teenage Mutant Ninja Turtles en 1989, una arcade del género beat’em up (vencer a decenas de enemigos en pantalla) que tuvo como gran novedad la posibilidad de congregar a cuatro jugadores en una misma partida. Konami ya había explorado el multijugador en arcades como Contra y Super Contra, pero lo logrado con el videojuego de las Tortugas Ninja fue sinigual y allanó el camino para otras arcades que se volvieron clásicos instantáneos, incluida la superexitosa serie Dance Dance Revolution.
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