viernes, noviembre 22, 2024
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Claudia Sheinbaum: entre el favoritismo de López Obrador y el miedo a la derrota

El camino de la gobernante capitalina, Claudia Sheinbaum, para convertirse en la candidata del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados en 2024, con todo y la simpatía del presidente, no ha estado exento de obstáculos.

Enfrenta desde ataques de los los partidos de oposición, que la acusan de «actos anticipados de campaña», hasta cuestionamientos de varios integrantes del movimiento progresista, que aseguran que «no hay piso» parejo en la contienda interna.

¿Espaldarazo desde el Palacio Nacional?

Aunque el presidente López Obrador niega tener un candidato favorito, dentro y fuera del oficialismo no son pocos quienes consideran que hay un trato preferencial hacia la jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Cada semana, Sheinbaum se reúne en el Palacio Nacional con el mandatario y su equipo para abordar asuntos relacionados con la seguridad.

Se trata, según palabras de la gobernante, de un encuentro de trabajo de rutina. Una mesa de diálogo que busca mejorar la coordinación con la Federación para atender dos de los flagelos que más preocupan a los ciudadanos: la inseguridad y la violencia.

Para otros, sin embargo, el encuentro, más allá de ser un asunto de Estado, constituye el símbolo inequívoco de que es la elegida por el presidente para continuar con la denominada ‘Cuarta Transformación’.

«La está preparando, le está enseñando cómo gestionar varios de los asuntos del Gobierno federal, cómo hacer frente a los problemas nacionales, etc.», comentan tanto militantes del oficialismo, como ciudadanos sin partido.

Para algunos, el encuentro semanal entre López Obrador y Claudia Sheimbaun, más allá de ser un asunto de Estado, constituye el símbolo inequívoco de que es la elegida por el presidente para continuar con la denominada ‘Cuarta Transformación’.

Con todo, más allá de estos encuentros entre autoridades gubernamentales, en los últimos dos años ha habido diversos gestos del mandatario que dejan entrever, según analistas, su espaldarazo hacia la gobernante capitalina.

El primero tuvo lugar en septiembre de 2021, en la Ciudad de México, durante la inauguración de una de las sucursales del ‘Banco de Bienestar’, la institución de crédito creada por López Obrador para ampliar la cobertura de los servicios financieros.

Acompañado de Sheinbaum, el mandatario la tomó de la muñeca con su mano izquierda, y con su dedo índice de la otra mano la señaló, un gesto que fue interpretado por la prensa como un mensaje de «Es ella», (quien debe ser candidata a la Presidencia).

Otra señal de este supuesto favoritismo, a decir del lenguaje corporal, tuvo lugar durante la marcha convocada por el presidente a finales de noviembre del año pasado.

La jefa de Gobierno fue la única entre los aspirantes que se mantuvo codo a codo, todo el tiempo, con López Obrador. Durante el recorrido, tan pronto Sheinbaum se quedaba unos pasos atrás del presidente, buscaba de inmediato alcanzarlo para colocarse a un costado.

Al comportarse de esta manera, analistas consideran que Sheinbaum pretende mostrarse ante la opinión pública como la más cercana a López Obrador y, con ello, hacerse finalmente de un alto nivel de popularidad en escala nacional, uno de sus ‘talones de Aquiles’.

La carrera rumbo a la encuesta

La jefa de Gobierno de la Ciudad de México busca revertir dos de sus principales debilidades con vistas a posicionarse mejor en las preferencias.

Su primera debilidad es su bajo nivel de popularidad en escala nacional. Sheinbaum es una figura política muy conocida en la zona centro del país, sin embargo, tanto en la región Norte, como en el Sur, no goza de un alto nivel de popularidad.

Para revertir esta situación, en los últimos meses Sheinbaum ha venido realizando giras los fines de semanas por varios estados de la República para «dar a conocer» el «proceso de cambio» que tiene lugar en la Ciudad de México.

En las plazas públicas se le ha visto acompañada de funcionarios de los Gobiernos de los estados y varios legisladores, tanto locales como federales. Sheinbaum niega que sean «actos anticipados de campaña».

En todo caso, sostiene, son «asambleas informativas» donde la gente, de manera libre, acude para saber cuáles son las políticas públicas que se han venido implementando.

Además de estos mítines, en prácticamente todos los estados se han registrado pintas en bardas con la misma muestra de apoyo: el mensaje #EsClaudia acompañando la silueta de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Ante las acusaciones de la oposición, que señala que se trata de una «campaña electoral anticipada», el equipo de Sheinbaum argumenta que en ninguno de estos mensajes «se ha solicitado de manera expresa el voto».

Sheinbaum ha rechazado que ella y su equipo estén detrás de estas pintas. Se trata, en todo caso, de acuerdo con su versión, de mensajes de apoyo de parte de sus simpatizantes que han venido surgiendo de «forma espontánea».

Ante las acusaciones de la oposición, que señala que se trata de una «campaña electoral anticipada», el equipo de Sheinbaum argumenta que en ninguno de estos mensajes «se ha solicitado de manera expresa el voto».

Eliminar estos mensajes, sostiene, serían un «ataque contra la libertad de expresión». Hasta el momento, los recursos ante las autoridades electorales y el Poder Judicial que ha presentado la oposición contra Sheinbaum no han trascendido.

Tanto la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Nacional Electoral, como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación han desechado las impugnaciones.

Entre tanto, Sheinbaum ha buscado posicionarse entre las preferencias de la población joven y las clases medias. Su equipo de comunicación se ha dedicado a pactar entrevistas con conductores con un alto nivel de popularidad.

Causó revuelo la entrevista que concedió en noviembre del año pasado a Martha Debayle, a cargo de uno de los programas de radio de mayor audiencia, donde dio la noticia de que se casaría con su pareja, Jesús Tarriba, a quien conoció cuando era estudiante de la UNAM.

Más recientemente, Sheinbaum participó en la emisión de un popular ‘youtuber’, ‘El Escorpión Dorado’, un personaje que acostumbra subir a una camioneta a personalidades de la farándula para mostrar su faceta más desinhibida en un ambiente plagado de bromas pesadas (y albures).

También ha concedido diversas entrevistas a medios internacionales, donde además de dar a conocer sus políticas implementadas en la Ciudad de México, resalta la necesidad de continuar con el proceso de cambio iniciado por el presidente López Obrador en 2018.

Factores de riesgo

Durante su paso por la Administración pública, la carrera política de Claudia Sheinbaum ha estado varias veces en el ‘ojo del huracán’. La primera vez que estuvo envuelta en la polémica fue a partir de su relación con quien fue su primer esposo y padre de su hija Mariana, Carlos Ímaz Gispert.

Fue en marzo de 2004, cuando López Obrador era jefe de Gobierno de la Ciudad de México—y Sheinbaum titular de la Secretaría de Medio Ambiente—, cuando Ímaz fue exhibido en cadena nacional, igual que René Bejarano—alto funcionario del Gobierno capitalino—, en los llamados video escándalos: ambos recibiendo fajos de billetes.

En diciembre de ese mismo año, Ímaz fue exonerado porque no hubo pruebas suficientes para fincarle responsabilidad por mal uso de recursos públicos. Sin embargo, igual que López Obrador, Sheinbaum tendría que cargar durante años con acusaciones de la oposición que insistía que había sido «cómplice» de estas acciones.

Después de más de 30 años de matrimonio, sin embargo, la pareja se divorció en 2016. Ahora, Sheinbaum se alista para su segundo matrimonio del que, políticamente, podría echar mano para tomar distancia del padre de su hija, en caso de que la oposición busque revivir la polémica.

El segundo escándalo que salpicó a Sheinbaum tuvo lugar en 2017, cuando a partir de los sismos ocurridos en septiembre de ese año, un edificio escolar ubicado en la Alcaldía Tlalpan—de la que ella era la autoridad responsable— se derrumbó provocando la muerte de 19 niños y siete adultos.

En medio de las investigaciones, Sheinbaum no desistió de su aspiración para ser candidata a jefa de Gobierno de la Ciudad de México, un hecho que le valió numerosas críticas.

A más de cinco años de distancia de los hechos, Sheinbaum ofreció hace unos días una disculpa pública a las víctimas del derrumbe del edificio, cuya construcción y ampliación del primer piso se llevó a cabo de manera ilegal, y con la complicidad de las autoridades de ese entonces.

Un tercer suceso que podría afectar sus aspiraciones para convertirse en candidata a la Presidencia es el colapso de la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo (Metro), ocurrido en mayo de 2021 y que cobró la vida de 26 personas.

Morena y sus aliados en la capital del país pasaron bajo el Gobierno de Claudia Sheinbaum, de ganar elecciones sin cortapisas a asumir una posición a la defensiva.

Y es que, si bien la construcción de la obra se llevó a cabo durante el Gobierno de sus antecesores, Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera, la oposición ha montado una campaña en la que la acusa de no haber invertido lo suficiente en este, ni haber realizado una supervisión a fondo de las condiciones de la infraestructura.

Con todo, y más allá de la polémica, llama la atención que, a pesar de la proximidad con el presidente y una gestión con altos índices de aprobación, en la elección intermedia de 2021 el oficialismo haya sufrido una derrota en su «corazón político»: la Ciudad de México.

Hasta la fecha, los dirigentes de Morena y partidos aliados no han ofrecido una explicación, a detalle, de las causas que propiciaron su debacle. Días después de esos comicios, la secretaria general del partido oficial, Citlalli Hernández, se limitó a señalar que habían sido objetos de una «guerra sucia».

Difusión masiva de mentiras en medios de comunicación, así como una «campaña de odio» habrían generado desconfianza entre las clases medias, el sector que, según su perspectiva, les retiró su apoyo.

El descalabro llevó a Sheinbaum a hacer ajustes en su gabinete. El más importante fue hacer de Martí Batres (en ese momento senador) su ‘brazo derecho’, al nombrarlo como titular de la Secretaría de Gobierno, un hombre con destacada experiencia política.

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Mientras que para Sheinbaum la Ciudad de México es la plataforma desde donde buscará convertirse en candidata a la presidencia, paradójicamente, en esta misma entidad federativa la oposición registra mayores posibilidades de crecer de cara a las elecciones de 2024.

Así las cosas, Morena y sus aliados en la capital del país pasaron bajo el Gobierno de Claudia Sheinbaum, de ganar elecciones sin cortapisas a asumir una posición a la defensiva.

Hace unos días, el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, anunció la conformación de ‘Comités de Defensa de la 4T’ con el objetivo de «no permitir que la derecha avance» en la capital del país.

Y es que, si bien se mantiene como la aspirante puntera en las encuestas, todo apunta que persiste el miedo a la derrota dentro del oficialismo en caso de que Claudia Sheinbaum se convierta en candidata a la Presidencia. En definitiva, su victoria dista mucho de estar cantada.

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RT espanol