viernes, noviembre 22, 2024
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La Cámara Baja aprueba la extensión del techo de la deuda hasta diciembre

WASHINGTON — La Cámara de Representantes votó este martes a favor de una extensión hasta diciembre del techo de la deuda para que el gobierno pueda pedir más dinero prestado.

La Cámara aprobó, 219-206 la regla, que incluye la medida para aumentar el límite de deuda de la nación en $480,000 millones.

El Senado aprobó esta medida de límite de deuda el jueves pasado. Ahora se dirigirá al escritorio del presidente Biden para su firma.

La aprobación de la Cámara evita un primer incumplimiento federal hasta diciembre que podría perturbar la economía global, retrasar los cheques gubernamentales a los beneficiarios del Seguro Social y otros, y desatar la ira de los votantes contra los legisladores.

Pero la disputa partidista se reanudará en dos meses. Los republicanos quieren que los demócratas eleven el techo de la deuda ellos solos para, dicen ellos, subrayar que la agenda social y medioambiental multimillonaria de Biden es inasequible.

Los demócratas quieren que los republicanos dejen su huella en el aumento del límite de endeudamiento porque señalan que la deuda nacional de 28 billones de dólares es por facturas impagas ya incurridas, incluidos 7 billones bajo la presidencia de Donald Trump.

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Cuando llegue diciembre, alguien tiene que ceder. Pero no está claro cómo sucederá y habrá mucho en juego. De hecho, para el 3 de diciembre, las agencias federales cerrarán a menos que el Congreso apruebe una legislación que las financie.

Aunque pocos dudan de que el Congreso volverá a extender el techo de deuda del gobierno para cuando expire en diciembre, nadie sabe cómo lo hará.

Los demócratas aún no tienen los votos para convertir en ley las prioridades del presidente Joe Biden.

JUGAR A LA «RULETA RUSA» CON LA ECONOMÍA

Antes de que la propuesta recibiera luz verde, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, había acusado con sorna al líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, de jugar durante semanas «a la ruleta rusa» con la economía estadounidense. «¿Qué tienen ustedes contra nuestra propia economía?», reprochó Pelosi a los republicanos.

«Esta catástrofe contra nuestros trabajadores podría tener un impacto de más de cien años. ¿Es que eso no les importa? ¿Y la economía mundial?, añadió. Los mercados globales de crédito congelados, los mercados bursátiles en caída y empresas de todo el mundo despidiendo a sus empleados».

Pelosi pintó una imagen lúgubre sobre lo que podría haber ocurrido si el Congreso no hubiera actuado.

Estados Unidos nunca ha tenido que declarar la suspensión de pagos de su deuda nacional, pero estuvo muy cerca en 2011, cuando la mera posibilidad de que eso ocurriera desató el caos en los mercados financieros e hizo que la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor’s rebajara la nota de solvencia del país.

La posibilidad de que EE.UU. se sumiera en una recesión acabó haciendo mella en McConnell, quien la semana pasada dio su brazo a torcer.

En concreto, McConnell decidió renunciar a un mecanismo parlamentario que requiere de una super mayoría para aprobar leyes, lo que permitió que los demócratas aprobaran en solitario la medida en el Senado.

INTRIGA HASTA DICIEMBRE

Se trata, en cualquier caso, de un parche que no satisface por completo las peticiones de los demócratas y del propio Biden, que querían una solución a largo plazo.

De hecho, los progresistas habían propuesto suspender el techo de endeudamiento hasta diciembre de 2022 para hablar sobre ese tema durante la campaña para las elecciones legislativas de noviembre del próximo año, en las que el partido teme perder la estrecha mayoría que tiene en las dos cámaras del Congreso.

Los republicanos, por su parte, ya avisaron que no volverán a apoyar una suspensión del techo de la deuda.

Por tanto, la cuestión ahora es ver qué harán los demócratas para evitar el impago de la deuda a partir del próximo 3 de diciembre, cuando EE.UU. se quedaría sin dinero para pagar sus facturas.

El 3 de diciembre, además, se acabarán los fondos que aprobó el Congreso en septiembre para evitar un cierre de Gobierno.

Por tanto, el final del año podría ser especialmente agitado en el Congreso, donde los demócratas también están intentando aprobar dos medidas clave para la agenda de Biden: un plan de infraestructuras valorado en 1,2 billones de dólares y un paquete de gasto social de 3,5 billones de dólares, aunque probablemente ese monto acabe reduciéndose.

Con la vista puesta en diciembre, los republicanos quieren vincular el aumento del techo de deuda con el plan de gasto social de Biden y han pedido a los demócratas que aprueben esas dos medidas en solitario usando un mecanismo legislativo llamado «reconciliación».

Los demócratas ya han expresado su rechazo a esa idea porque no quieren dar a los conservadores más munición para retratarles como el partido que aumenta la deuda de EE.UU., una idea que los conservadores han repetido en múltiples campañas electorales.

Cada cierto tiempo, Estados Unidos se asoma al impago de la deuda nacional, porque, a diferencia de otros países, el Gobierno estadounidense solo puede emitir deuda hasta el límite establecido por el Congreso, que tiene el poder de elevar ese techo según crea conveniente.

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