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Facebook conocía la campaña de manipulación del presidente de Honduras y permitió que continuara casi un año

Publicado: 13 abr 2021 18:50 GMT

Juan Orlando Hernández utilizó páginas y perfiles falsos para aumentar su popularidad, con cientos de miles de ‘me gusta’ falsos.

Facebook permitió al presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, inflar falsamente la popularidad de sus publicaciones en la red social durante once meses después de que la empresa fuera alertada por primera vez sobre estas prácticas, que violan la política contra el ‘comportamiento no auténtico coordinado’ de la compañía.

Este caso ilustra cómo Facebook ha estado centrando sus esfuerzos de moderación en los casos de manipulación política en su plataforma que afectan a países ricos y occidentales, mientras que no ha intervenido en el caso de importantes abusos que se han producido en otros países, como ha denunciado la científica de datos Sophia Zhang, que trabajó en la compañía de Mark Zuckerberg y se encargó de la moderación de contenidos.

Así, en los casos de EE.UU., Italia, Taiwán, Corea del Sur y Polonia Facebook actuó de forma rápida, pero en otros países como Afganistán, Irak, Mongolia, México y otros Estados de América Latina, la respuesta fue lenta o inexistente.

Cientos de miles de ‘me gusta’ falsos

Las publicaciones de Juan Orlando Hernández en Facebook, que fue reelegido para un segundo mandato a finales de 2017, recibieron cientos de miles de ‘me gusta’ falsos de más de mil páginas de la red social no auténticas, entre las que había perfiles de empresa, organizaciones y figuras públicas.

Esta campaña de ‘astroturfing’, que es una práctica de propaganda electoral que pretende dar la impresión de ser un respaldo surgido espontáneamente de la ciudadanía, fue descubierta en agosto de 2018 por Zhang, que comenzó a investigar la página del mandatario hondureño al constatar que era el beneficiario del 90 % de todas las interacciones falsas recibidas por las páginas cívicas o políticas en el país.

Según la investigación revelada por The Guardian, durante seis semanas en 2018, las publicaciones de Hernández recibieron ‘me gusta’ de 59.100 usuarios, de los que 46.500 eran falsos. Zhang descubrió también que uno de los administradores de la página del presidente administraba a su vez cientos de páginas falsas utilizadas tan solo para dar visibilidad a las publicaciones de Hernández.

A pesar de que Zhang comunicó estos comportamientos que violaban las políticas de Facebook, la compañía tardó casi un año en retirar esta campaña, no actuó hasta julio de 2019. Además, la campaña de Hernández regresó rápidamente, mientras la red social estaba más preocupada por moderar las actividades que operaban en otros países.

Así, Guy Rosen, vicepresidente de integridad de Facebook, según recoge el citado medio, calificó de «fastidio» el regreso de la campaña de Honduras en diciembre de 2019 y enfatizó que la compañía debía priorizar las operaciones que tenían como objetivo EE.UU. o Europa occidental, o aquellas que podían ser llevadas a cabo por Rusia o Irán.

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Desde la compañía, una portavoz, Liz Bourgeois, ha afirmado: «Estamos fundamentalmente en desacuerdo con la caracterización de la señora Zhang de nuestras prioridades y esfuerzos para erradicar el abuso en nuestra plataforma».

La reincidencia de Facebook

La investigación de The Guardian deja al descubierto cómo personal de Facebook identificó comportamiento políticamente manipulador en 30 casos repartidos en 25 países y cómo la compañía permitió estos comportamientos en repetidas ocasiones a pesar de haber sido alertada de las irregularidades.

Zhang ha afirmado que «se está haciendo mucho daño en Facebook al que no se responde porque no se considera un riesgo de relaciones públicas suficiente» para la compañía, y que «el costo no corre a cargo de Facebook», sino que «es soportado por el mundo en general en su conjunto».

«Facebook no tiene un incentivo fuerte para lidiar con esto, excepto el temor de que alguien lo filtre y haga un gran escándalo, que es lo que estoy haciendo», ha sostenido Zhang en la entrevista que ha concedido a The Guardian.

Esta red social cuenta con 2.800 millones de usuarios en todo el mundo e influye en el debate político en la mayoría de los países, pero la manipulación de sus algoritmos y otros usos fraudulentos pueden distorsionar la percepción de la ciudadanía del discurso político.

Así, las cuentas falsas adulteran la percepción de la popularidad de los políticos y su interacción falsa engaña al algoritmo y hace que sus mensajes lleguen a una audiencia multiplicada.

RT espanol