viernes, noviembre 22, 2024
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La despidieron por mostrar el dedo medio al convoy de Trump y ahora es una exitosa política local

Juli Briskman forma parte de una junta que supervisa la legislación para instalaciones de ocio en su condado, que, curiosamente, incluye un club de golf del ya expresidente.

Juli Briskman fue despedida en 2017 por realizar un gesto grosero en dirección al convoy en el que viajaba el entonces presidente de EE.UU., Donald Trump, después de lo cual decidió dedicarse a la política movida por la indignación que le causó este episodio. Ahora la mujer forma parte de una junta que supervisa la legislación para las instalaciones de ocio en su condado, que incluye un club de golf del ya expresidente.

El 28 de octubre de 2017, cuando la caravana presidencial se dirigía al Club Nacional de Golf que Trump posee en Virginia (EE.UU.), Juli Briskman, que circulaba en bicicleta, la ‘saludó’ con su dedo medio, gesto «obsceno» con el que violó la política de redes sociales de su compañía Akima luego de que se viralizara la imagen.

«Fue una oportunidad de decir algo»

Briskman, que realizó labores de mercadeo y comunicación para este contratista del Gobierno durante seis meses, aseguró entonces que ningún contenido de sus cuentas en las redes sociales la vinculaba con la firma. 

«Me acompañaron hasta mi escritorio y luego fuera del edificio. Incluso me dijeron que no podía sacar fotos de mis hijos de mi computadora«, relató Briskman, añadiendo que «era como si hubiera malversado un par de millones de dólares de la empresa».

La mujer no se arrepintió de los hechos y se mostró feliz de convertirse a ojos de muchos estadounidenses en una imagen de protesta. «Estoy enojada por dónde se encuentra nuestro país en este momento», explicaba, al tiempo que añadía que «fue una oportunidad de decir algo».

Una nueva oportunidad 

Sin embargo, también supuso una nueva oportunidad para ella, ya que le abrió «muchas puertas», según confesaba la propia Briskman, que decidió ingresar a la política después del despido.

Ahora Briskman ha prestado juramento como supervisora ​​del distrito de Algonkian del condado de Loudoun, Virginia. Es más, forma parte de la Junta Local de Supervisores que vela por la legislación para las instalaciones recreativas en su condado, que, curiosamente, incluye el Club Nacional de Golf de Trump

Luego de que su historia se viralizara esta semana en las redes, Briskman respondió a uno de los tuits detallando que durante su tiempo en el cargo en Virginia ha trabajado para quitar una estatua confederada, introducir carriles para bicicletas, gestionar el presupuesto y programas de ayuda por la pandemia, establecer una comisión medioambiental y disculparse oficialmente por la segregación histórica de las escuelas. Asimismo, la próxima semana, su nueva legislación de armas será presentada para su aprobación, añadió.

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RT espanol