¿Mi celular está en sus últimos días? 5 señales para saberlo
Los fabricantes de teléfonos móviles renuevan sus catálogos con mucha frecuencia, pero no todos caemos en la tentación de cambiar de modelo cada año.
Si eres de los que prefiere aprovechar al máximo un teléfono después de invertir en este, es posible que te surjan dudas sobre cuánto tiempo puedes disfrutarlo y cuándo deberías plantearte realizar un cambio.
Pues bien, a diferencia de otros dispositivos electrónicos, los teléfonos móviles suelen hacernos saber que les queda poco tiempo de vida. Si quieres saber cuáles son esas señales que indican que tu celular necesita un relevo, te recomendamos que continúes leyendo este artículo, porque te explicaremos cuáles son las más frecuentes.
La batería se acaba rápido
Una señal inequívoca de que tu teléfono está en las últimas es que su batería necesita cargarse constantemente. Las baterías tienen, por lo general, una vida bastante limitada (y que depende mucho del trato que le demos).
Si necesitas comprobar que la batería de tu teléfono está realmente dañada y que no se trata de una falla de otra parte del dispositivo, prueba restablecerlo a ajustes de fábrica. Si una vez hecho esto sigues encontrando una batería que se gasta con solo mirarla, está claro: es momento de plantearte un cambio.
Se apaga o reinicia solo
Si de pronto tu teléfono comienza a reiniciarse solo (no una sino varias veces en diferentes momentos) podría ser por varios motivos, pero el más frecuente es la propia degradación del sistema operativo.
En este punto también podemos encontrarnos con problemas de sobrecalentamiento del teléfono. Para saber si esto se debe a la degradación del sistema y no al uso exhaustivo, solo tienes que notar que tu celular se calienta en exceso sin que apenas lo utilices o incluso sin llegar a agarrarlo.
Fallas en la pantalla táctil
Las fallas en la pantalla táctil suelen ser otro de los síntomas de deterioro más habituales en los teléfonos. Si notas que esta no responde a los toques o que tienes que apretar más de lo habitual para que se abra una aplicación o se cambie de menú, sería un buen momento para pensar en un celular nuevo.
No recibes actualizaciones del sistema operativo
Ten en cuenta este punto, pues de ello dependerá que puedas utilizar muchas aplicaciones habituales como WhatsApp. Después de dos o tres años de la compra de tu teléfono (en el caso de Android), las actualizaciones no llegarán con tanta regularidad o incluso directamente no lo harán.
El motivo es que las actualizaciones de software avanzan y requieren un hardware cada vez más potente, así que si no quieres quedarte desactualizado (con los riesgos de seguridad que eso también conlleva) es posible que tengas que empezar buscarle un sustituto a tu celular.
El rendimiento del móvil es lento
Como sucede con las baterías, los procesadores también tienen su ciclo de vida y cuando este está llegando a su fin notarás que el teléfono no responde de manera tan fluida como lo hacía cuando lo compraste.
También es posible que notes que las aplicaciones no se abren tan rápido o que moverte entre los menús de Android te lleva más tiempo. Además, si se trata de un teléfono bastante antiguo, tendrás un almacenamiento más escueto del que tienen los teléfonos actuales, y seguramente te veas obligado a borrar archivos con regularidad.
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