«Me condenaron por hablar»: la expresidenta de Levi’s afirma que fue despedida por su oposición al cierre de las escuelas durante la pandemia
Publicado: 15 feb 2022 09:37 GMT
Jennifer Sey, empleada de la empresa desde 1999, asegura que le ofrecieron una indemnización de un millón de dólares y firmar un acuerdo de confidencialidad sobre los motivos de salida.
La expresidenta de la marca Levi’s, Jennifer Sey, declaró que se vio obligada a abandonar la compañía de ropa después de casi dos años de expresar públicamente sus puntos de vista contrarios al cierre obligatorio de las escuelas debido al covid-19, según escribió este lunes en el boletín Substack de la periodista estadounidense Bari Weiss.
En el texto, Say relata que los empleados de la firma comenzaron a quejarse de sus puntos de vista al principio de la pandemia, cuando los centros educativos cerraron por primera vez en San Francisco, California (EE.UU.). De hecho, a finales del año pasado, el director ejecutivo de la empresa Charles Bergh le indicó que ella podría ser la próxima líder de la compañía si «dejaba de hablar sobre lo de las escuelas«, según la expresidenta.
Asimismo, afirmó que incluso le ofrecieron una indemnización de un millón de dólares tras su salida, pero la rechazó porque no quería firmar un acuerdo de confidencialidad sobre los motivos de despedido.
«Me condenaron por hablar», señaló Sey, de 52 años y madre de cuatro hijos. Sus objeciones a los decretos relacionados con el covid-19 en las escuelas incluyeron organizar mítines, asistir a protestas y reuniones en la oficina del alcalde, así como criticar las políticas en sus cuentas personales de redes sociales.
Sey, que había trabajado en la compañía desde 1999, también relató que los departamentos legales, de recursos humanos y otras áreas de Levi’s se pusieron en contacto con ella en el verano de 2020, instándola a «tranquilizarse».
«Me negué a dejar de hablar. Seguí denunciando políticas hipócritas y no probadas», reiteró la exempleada y finalmente al ver que las escuelas no abrirían decidió mudarse junto a su familia a Denver, Colorado, para que sus hijos pudieran tener una «infancia normal«.
Además, considera que las quejas de los trabajadores de Levi’s se intensificaron cuando sus compañeros la acusaron de ser ‘anticiencia’, ‘antigordura’ y ‘antitrans’ e incluso racista, «una acusación extraña dado que tengo dos hijos negros», comentó.
«En una reunión del equipo de liderazgo, el director ejecutivo hizo un comentario improvisado de que yo estaba ‘actuando como Donald Trump’. Me sentí avergonzada y apagué mi cámara para recuperarme», recordó, para agregar que en el último mes, el CEO le dijo que era «insostenible» mantenerla en la empresa por más tiempo.
Para concluir, Sey destacó que Levi’s siempre ha sido conocida por representar la «libertad» y el «individualismo», pero ahora afirma que la compañía está «atrapada tratando de complacer a la mafia» y la acusó de ser «rehén de ideologías intolerantes» y de no creer en la «inclusión o diversidad genuinas».
RT espanol