Las consecuencias internas que tendrá la compra de Activision
Esta semana, los memes de Crash Bandicoot como mascota de Xbox y no de PlayStation han inundado internet debido a la comentada posible compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft, que está valorada en $68,700 millones de dólares.
Lo cierto es que la compra de Activision Blizzard aún no se concreta. Si bien el dinero para realizar la compra está, hay temas regulatorios que la compañía debe superar primero. Entonces, si las autoridades antimonopolios de Estados Unidos autorizan la adquisición, esta se hará efectiva en el año fiscal 2023, que para Microsoft termina en junio de ese año.
Ahora, si se lleva a cabo la compra, se remodelará la industria de los juegos y la división de títulos Xbox de Microsoft y su servicio de suscripción Game Pass serán catapultadas. Además, Microsoft tendrá algunas de las franquicias de juegos más populares y exitosas, como Call of Duty, Overwatch, StarCraft, Warcraft y Candy Crush, junto con Crash Bandicoot y Spyro, que han sido asociados históricamente con PlayStation.
Los beneficios potenciales de traer esos títulos a bordo son evidentes: acceso a cientos de millones de jugadores y la posición de “la tercera compañía de juegos más grande del mundo por ingresos, detrás de Tencent (League of Legends, Valorant, Warframe) y Sony (God of War, Uncharted, The Last of Us)”, según el anuncio de Microsoft.
Sin embargo, la adquisición también representa muchos problemas. Activision se encuentra en medio de una crisis por acusaciones de acoso sexual y discriminación, evidencia de que la compañía crea y permite un lugar de trabajo tóxico para las mujeres. Por esa razón, algunas personas de la comunidad gamer se han comprometido a evitar los juegos de Activision y piden la renuncia de su director ejecutivo actual, Bobby Kotick. Además, algunas de las franquicias más exitosas de Blizzard están en el limbo y muchos jugadores sienten que el editor ha perdido el rumbo en los últimos años.
Es por eso que, de efectuarse la compra, Microsoft tendrá mucho trabajo al hacerse cargo de limpiar el entorno laboral en Activision, idealmente con acciones reales que no queden en solo un discurso. Entonces, en ese caso, ¿qué consecuencias internas tendrá la compra de Activision?
En noviembre de 2021, el jefe de Xbox, Phil Spencer, dijo que estaba “perturbado y profundamente preocupado por los horribles eventos y acciones” de Activision Blizzard. También mencionó que Xbox estaba “evaluando todos los aspectos de nuestra relación con Activision Blizzard y haciendo ajustes proactivos continuos”.
No se sabe a qué ajustes proactivos se refería Spencer, pero por lo visto la discusión concluyó de alguna manera con la compra del editor de videojuegos en conflicto por parte de Microsoft.
Los dichos de Phil Spencer se dieron a raíz de un artículo de The Wall Street Journal de noviembre del año pasado. Este reveló que el CEO de Activision, Bobby Kotick, supo durante años sobre la conducta sexual inapropiada que había dentro de la empresa; incluso él tiene su historial de comportamiento cuestionable.
Entonces, bajo ese contexto, lo que muchos se preguntan es qué pasará con Kotick. Después de todo, según el artículo, casi una quinta parte de los 10,000 empleados de Activision Blizzard pidieron la renuncia del CEO.
Mientras Kotick no renuncie, en el corto plazo se mantendrá como CEO de Activision Blizzard, por lo menos todo este año y la primera mitad de 2023. Pero una vez que la compañía se incorpore a la división de juegos de Microsoft, Kotick probablemente perderá su puesto ante Spencer, quien hoy día es el director ejecutivo de Microsoft Gaming.
Ahora, para una transformación integral en la cultura laboral de Activision, el primer paso obvio es quitar a Kotick de su puesto. Y lo bueno es que el camino hacia ese objetivo ya comenzó gracias a todas las empleadas y empleados que han denunciado las terribles prácticas en su lugar de trabajo.
Según The Wall Street Journal, muchos trabajadores de Activision Blizzard acusados por tener una mala conducta laboral han sido despedidos desde julio pasado, mientras que otros 44 han sido sancionados. Esta es la consecuencia de la demanda que realizó el Departamento de Empleo Justo y Vivienda de California (DFEH) a Activision Blizzard por acoso sexual desenfrenado, con la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC) llegando a un acuerdo con la compañía.
Microsoft, por su lado, hace todo lo posible para asegurar los cambios en la organización de Activision, pero si no realiza las acciones correspondientes y termina por adoptar una postura demasiado indulgente, correrá el riesgo de heredar la mala reputación.
El CEO de Microsoft, Satya Nadella, afirmó: “Como CEO de Microsoft, la cultura de nuestra organización es mi prioridad número uno. Creemos que es fundamental que Activision Blizzard avance en sus renovados compromisos culturales”.
“Apoyamos los objetivos y el trabajo que está haciendo Activision Blizzard. Y también reconocemos que, después del cierre, tendremos mucho trabajo por hacer para seguir construyendo una cultura en la que todos puedan hacer su mejor trabajo”, agregó Nadella.
Para parte de la comunidad gamer, los reportes de acoso y abuso diarios que han experimentado las mujeres en Activision dejarán una mancha permanente pero, siendo realistas, la mayoría de los usuarios volverán a jugar Call of Duty (si alguna vez dejaron de hacerlo) una vez que Microsoft incorpore a Activision a su división de juegos y prometa una política de tolerancia cero sobre el acoso laboral.
De cualquier manera, nos anticipamos a las consecuencias de la adquisición, pero es difícil imaginar un camino diferente si se considera la compleja situación en la que se encuentra Activision Blizzard. Lo bueno es que, con una empresa matriz como Microsoft, la compañía editora tendrá la oportunidad de adquirir una nueva dirección que idealmente estandarizará un lugar de trabajo inclusivo y adecuado para todos sus empleados.